sábado, 13 de febrero de 2016

Mi kayak a motor


Hoy os voy a relatar cómo me las apañé para poder tener mi propio kayak a motor. Todos los amantes del kayak hemos visto algún que otro vídeo de kayaks a motor, y siempre nos hemos imaginado nuestro kayak con un motorcillo. Antes que nada tengo que decir que ponerle un motor a un kayak le quita un poco la esencia al kayak, bajo mi punto de vista. Un kayak es la mínima expresión de embarcación que existe, lo más simple, y añadir un motor no hace más que convertirlo en una barca pequeña y estrecha.

Dejando todo lo anterior a un lado, decidí ponerle un motor de fueraborda a uno de mis kayaks autovaciables por la comodidad que supone disponer de un motor. Un kayak a motor es una herramienta excepcional para la pesca al curricán, o para la pesca con fluixa aquí en Mallorca. El motor es eléctrico, por lo que es extremadamente silencioso y beneficioso también para la pesca. Además, viene muy bien cuando quieres irte con la parienta a un rinconcito virgen de la costa, un kayak a motor es la respuesta perfecta ante un “ay cariño, es que no me apetece remar”.

Una vez decidido el asunto, me puse manos a la obra. Decidí ponerle el motor a mi Ocean Kayak Malibu two XL, un kayak doble muy estable que me permitía llevar a un acompañante y equipaje básico. El principal escollo era encontrar el soporte ideal para fijar el motor de fueraborda al kayak. Existen kayaks en el mercado en los que puedes comprar un soporte para motor diseñado exclusivamente para dichos kayaks, pero no era mi caso. Así que tuve que despertar mi instinto de diseñador industrial para encontrar una solución.

Como normal general, no se debe agujerear un kayak si no es estrictamente necesario. Por lo tanto, en el diseño de la estructura de soporte decidí emplear unos agujeros que ya estaban hechos de fábrica para instalar unas cuerdas elásticas para llevar trastos. La idea era crear una estructura que pudiese contener la batería (ya que el motor iba a ser eléctrico, tiene que ir con una batería) y, a su vez, aprovechar un lateral de dicha estructura para poder anclar el motor.


  



A base de escuadras inoxidables y tableros fenólicos (que aguantan muy bien la humedad pero no son marinos), creé la estructura, más fuerte que el vinagre. Dentro de la estructura iría una caja de plástico en la cual iría la batería. A través de unos agujeros hechos previamente a la caja de plástico, se pasan los cables exteriores para conectar la batería al motor eléctrico. En la parte de la estructura que se iba a colocar el motor, le instalé una placa antideslizante de acero inoxidable para que el agarre del motor a la estructura fuera más potente. Esta placa la saqué de una Zodiac reventada que había en la bahía del puerto de Sóller durante casi todo el invierno. Viendo que se estuvo pudriendo todo el invierno y no llegaban a retirarla, yo me ocupé de desmantelar algunas piezas interesantes. Aquí todo se recicla.


Una vez probado el SuperMotorKayak, decir que la velocidad no es de vértigo, pero empuja bastante bien. La autonomía de mi batería no la he llegado a utilizar al máximo, pero un día llegué a usarla durante casi dos horas y no llegué a acabarla. También he remolcado a otro kayak y apenas se ha notado en el rendimiento. Tengo que decir que ir por el mar con un kayak a motor es bastante resultón. Los dueños de los yates que me voy cruzando por el mar se quedan flipando cuando me ven con el kayak a motor. Además a mí siempre me gusta, además de saludarles, gritarles: “Spanish technology!!!” y ya se descojonan.

En resumen, ir con un kayak a motor es otra manera de disfrutar del mar o de la pesca, además no es contaminante y bastante barato, ya que a diferencia de una barca, no tienes que pagar amarre en puerto, seguro, licencia, etc. Aquí os dejo una foto de un sitio guapísimo para bañarse y bucear donde fuimos con el kayak a motor. A un lado está el Ferrari de los mares, al otro lado Anita ¿Con cuál me quedo? ¡Me quedo con ambos!


Aquí os dejo también el vídeo del primer día que lo probé, un saludo de los amigos del mar TRALARÍ TRALARÁ




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