martes, 15 de diciembre de 2015

Excursión a Sa Foradada


El pasado domingo me fui de ruta a Sa Foradada, que es un peñón bastante singular donde se puede ver un enorme agujero en medio de la pared rocosa, de ahí su nombre, que significa "la agujereada".

El día empezó nublado, pero luego se fue despejando poco a poco, hasta el punto en que a la vuelta llegué a estar media horita remando al sol sin la camiseta puesta, todo un lujo para un 13 de diciembre.


La distancia aproximada fue de unos 12 km para ir, y otros tantos para volver. El viento soplaba ligero del oeste, pero se fue apaciguando conforme avanzaba el día. A mitad camino, pude disfrutar de pasear por las aguas cristalinas de Llucalcari, con sus pedruscos emergiendo del mar. La cala de Deià estaba increíblemente limpia y tranquila, resguardada del poco viento que hacía.

Nunca había remado más lejos de Deià. El camino a Sa Foradada está vigilado por unas enormes paredes de acantilado fascinantes. Te hacen sentir pequeño en tu kayak, aunque sea uno de espíritu tan grande como DarkShark. Antes de llegar a Sa Foradada, visité una pequeña cala muy coqueta, a la cual sólo puedes llegar de manera civilizada por el mar. Esta calita tiene una pequeña cueva para explorar.



Después de un ratillo explorando la zona, puse rumbo a Sa Foradada. Ya había ido hace un par de años con una barquita, pero ir con el kayak fue más espectacular. Estuve descansando, bebiendo y comiendo para reponer fuerzas para la vuelta a casa.



La experiencia destacada de la jornada fue volviendo al Puerto de Sóller. Justo antes de llegar al faro, vi algo bastante grande de color gris flotando junto a las rocas. Cuando me acerqué ya me di cuenta de qué se trataba; un delfín flotando muerto. Hay que aclarar que los delfines salvajes del mediterráneo no tienen nada que ver con los delfines azulitos que podemos ver haciendo piruetas en cualquier parque marino. No pongo foto porque creo que no es algo agradable de ver, pero si alguien tiene curiosidad, que me lo haga saber en los comentarios o por e-mail y se lo enseñaré. Este delfín en particular era enorme, un poco hinchado debido a que estaba muerto, pero era tan largo como mi kayak (5,10 metros), y no presentaba heridas visibles, supongo que murió por causas naturales. También hay que tener en cuenta que mi kayak es un tiburón, y como todo el mundo sabe, los delfines y tiburones no se llevan bien, por lo que el delfín pudo estar haciéndose el muerto. Todo puede ser.




La buena obra del día la hice sacando del mar un tubo de plástico de unos 2 kilos de peso. Parecía una tubería de alguna obra, qué asco que este tipo de cosas acaben en el mar.






Pero tengo que admitir que lo mejor de una jornada en kayak es que tu sirenita te esté esperando en puerto, que te acompañe a casa, que te haga un buen plato de pasta para reponer fuerzas y que te sirva una cerveza bien fría. Sobretodo la cerveza bien fría, aunque estemos en invierno.



Aquí os dejo un vídeo resumen del día, espero que os guste. Un abrazo de los amigos del mar, TRALARÍ TRALARÁ.



p.d.: podéis reproducir el vídeo en alta calidad, hasta a 1080p HD
p.d.2: es el primer vídeo que edito, os aviso que no soy Spielberg.


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