domingo, 1 de agosto de 2021

Excursión en kayak a Llucalcari con Miwino, Pablitín y Dieguito

 


Ya tenía yo ganas de escribir esta entrada, ya. Por fin podemos dar la bienvenida a la tripulación de Los Pollos en Kayak al Migu. Aprovechando una visita de mis amigos Diego (directamente desde Valencia), Pablo y Migu (dos extremeños de Opá), planeamos una excursión para el primer día ya que la previsión meteorológica para los días siguientes no era muy buena por la zona de Sóller.

En esta salida, además, estrenaba un kayak doble de fibra que recientemente compré. Puedo decir que he acertado completamente y es exactamente lo que quería; un kayak ligero, doble, cerrado y estable, que permite disfrutar del mar aunque seas un principiante. La distribución de los equipos fue así; Migu (el novato) conmigo para que disfrutase al máximo de la experiencia sin preocuparse por el cansancio o peligrosidad. Pablo con Diego para que se tocasen los huevos el uno al otro y así se entretienen durante la travesía.

Tanto Pablo como Diego ya habían salido conmigo a remar dirección norte, así que esta vez cogimos y enfilamos nuestros kayaks rumbo sur desde el Puerto de Sóller. Durante la travesía, el grumete Miwino pudo disfrutar de las paredes verticales de nuestros acantilados y de los pececitos saltarines de nuestro mar. Hicimos una parada en una cueva que ofrecía un salto desde las rocas, allí hubo saltos, apnea extrema (para recuperar del fondo marino las gafas del tonto del Diego que se le habían hundido) y unas cuantas risas.

Migu comentando: una montaña de emociones

Volvimos a subir a los kayaks para poner rumbo y destino final a nuestra terracita de Los Pollos. Allí en nuestra roquita paramos, merendamos, nos hidratamos y aprovechamos para dar un bañito y bucear por las maravillosas aguas del mediterráneo.

Ojito con la Terraza de Los Pollos, terracita top

Pablo y Migu buceando, dos besugos mediterráneos

Descansito durante la vuelta


Después de un par de bañitos y tonterías varias, recogimos trastos para volver a casa. Los tripulantes quedaron satisfechos (menos el Diego, que nunca lo está y siempre se queja de todo), y el Migu pudo conocer y disfrutar de primera mano de una aventura con Los Pollos en Kayak, TRALARÍ TRALARÁ