jueves, 1 de septiembre de 2016

Macroexcursión de Pollos




Lunes 29 de agosto, 11:00 de la mañana, 13 Pollos en Kayak. Así empezó la jornada de kayak del pasado lunes, donde hasta 13 Pollos salimos al mar para dar una vueltecita y disfrutar del mediterráneo mallorquín en todo su esplendor estival. El día pintaba bastante bien, el sol pegaba bien fuerte en un cielo prácticamente despejado y el viento no iba a aparecer hasta la tarde.

En visto de la previsión meteorológica, el capitán de Los Pollos en Kayak decidió que sería buena idea remar en dirección norte, para que a la vuelta tuviésemos el viento que se avecinaba a favor nuestro.

Lamentablemente, la flota de los Pollos en Kayak, no podía abastecer a todos los tripulantes de esta expedición, así que tuvimos que alquilar cuatro kayaks dobles en el Puerto de Sóller para que nadie se quedase sin navegar ese día. Nada nos iba a frenar. El grupo de participantes estaba compuesto en su gran mayoría por integrantes novatos en el mundo del kayak, pero el mar y los navíos estaban adecuados a su nivel.


Los Pollos saliendo de la bahía del Puerto de Sóller


De esta manera, los Pollos en Kayak zarparon al mar y, algunos de ellos, empezaron la toma de contacto con aquel trozo de plástico que iba a ser su vehículo en dicha excursión. A algunos les costó acostumbrarse, pero ya que todos eran deportistas, no tardaron en hacerse con las riendas de los kayaks.

La flota salió de la bahía y puso rumbo al norte bordeando la costa. Yo nunca había salido acompañado de tantos kayaks, y fue una experiencia muy guapa. Con mi Comandante Andrés Mínguez ayudándome en las labores de guía, y Héctor Medina haciendo el tarzán con su kayak, el grupo acumulaba paladas entre risas y muy buen rollito. Irene y Raúl lograron una sincronización perfecta y lideraban la expedición junto con Javi y Miriam, que parecía que habían hecho kayak toda la vida.


Javi y Miriam, junto con Irene y Raúl


Eva y Nano paleando de puta madre


Antes de llegar a Ses Puntes, cerca del hotel Jumeirah, hubo una pequeña parada y muchos de los kayakistas se tiraron al agua para refrescarse. Algunos de ellos estuvieron buceando y descubrieron lo hermoso del paisaje marino de estos lugares. Después de la paradita, embarcamos de nuevo en los kayaks y seguimos con nuestra rutita. Pasamos por un lugar muy guapo para hacer psico-bloque, donde algunos de los tripulantes que les mola la escalada se quedaron con la copla para poder hacer algunos movimientos a la vuelta. Sin nada más que destacar, llegamos a Ses Cambres.


Esther y Pablitín, profesionales del kayak


El sitio donde desembarcamos en Ses Cambres es una zona estrecha, con piedras redondas y algunas muy resbaladizas. Ya había estado otras veces en esa mini-cala, pero no con 8 kayaks (5 dobles y 3 individuales), así que tuvimos que amontonar los kayaks como pudimos. Andrés y Javi vieron un pulpo por la zona e intentaron juguetear con él, el resto de la armada se dedicó a comer los bocadillos, bucear un poco por la zona o simplemente descansar del trayecto en kayak.


La tripulación descansando en un bonito lugar


Estuvimos un buen rato allí hasta que decidimos reanudar la marcha y subirnos a los kayaks de nuevo. Como se había previsto, en el mar se había levantado un poco de viento, pero con la Illeta de escudo, fuimos hasta la cueva que hay cerca y nos metimos dentro. En la cueva la gente entró con un poco de miedo, pero entrar en compañía siempre alivia un poco. En el fondo de la cueva no se veía un carajo, menos mal que el Pablitín sacó su móvil resistente al agua y puso en marcha la linterna, porque yo me había olvidado la linterna frontal. Gracias al móvil con linterna, la gente pudo explorar el fondo de la cueva, que asombra lo profunda que es.

Una vez ya fuera de la cueva, Los Pollos en Kayak iniciaron el camino de vuelta a casa. Pasando Ses Puntes, Raúl y Andrés quisieron escalar un poquito y nos dejaron a mí y a Irene al cargo de los respectivos kayaks. El resto del grupo siguió su camino con ciertas olas a favor, mientras que Irene y yo hacíamos lo que podíamos para mantener los kayaks en el mismo punto mientras Raúl y Andrés no conseguían acceder a la zona de escalada. Hubo un par de momentos de confusión cuando se me enganchó una cuerda en el timón de DarkShark (que se me perdió una pieza y ahora me las tendré que ingeniar para sustituirla), pero Irene supo mantener la calma y gracias a su potencia de brazos conseguimos remar en contra del viento para situarnos donde estábamos. Mentira, Irene me dió apoyo moral (que no es poco) y finalmente pude mantener la dirección de los kayaks dejándome el alma y los hombros en ello.

Cuando ya, por fin, Raúl y Andrés subieron a sus kayaks, emprendimos el camino de nuevo. El resto de Pollos ya estaban dentro de la bahía, y estuvimos remando con un mar un tanto movido pero siempre con las olas y viento a favor al menos. Una vez entramos en la bahía, encontramos a nuestro camarada Héctor haciendo el tarzán de nuevo con su kayak. Héctor nos dio la bienvenida a la bahía del Puerto de Sóller y me propuso una carrerita que con buen agrado acepté. No hace falta decir quien ganó la carrera, pero aunque no haga falta os lo diré: la gané yo. Héctor más tarde me puso alguna escusa como que llevaba agua dentro del kayak o que Orión estaba alineada así o asá. Lo cierto es que DarkShark le metió puñete del bueno y punto. No pasa nada Héctor, todos te queremos.


Héctor, perdedor de carreras pero un tipo muy majo


Llegando ya a la playa del puerto es como acabó esta macroexcursión de Pollos. Fue una gozada salir con tanta gente y que todos se lo pasasen tan bien. Algunos de mis amigos que estuvieron por Mallorca durante esos días no pudieron venir, pero habrán más ocasiones para ello. Los Pollos en Kayak siempre tenemos los brazos (o alas) abiertos para todo el mundo.




Aquí os dejo el vídeo de la jornada. Un saludo de los amigos del mar, TRALARÍ TRALARÁ.





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