jueves, 4 de agosto de 2016

Excursión con Andrés el cromañón



Mi gran amigo Andrés Mínguez se encuentra disfrutando de unos días de vacaciones en la maravillosa isla de Mallorca. A Andrés le gusta mucho venir a verme porque, a parte de que le suministro comida y cerveza constantemente, le gusta explorar los diferentes rincones de la isla.

Como siempre suele pasar, cuando Andrés viene a Mallorca se encuentra con buenas condiciones para navegar, por lo que aprovechamos la ocasión para realizar una buena excursión. Y ya de paso lo unimos a la tripulación de Los Pollos en Kayak, que el muchacho estaba loquito por ello.

Organizamos una excursión de tres días, haciendo dos noches en las diferentes calas que nos fuésemos encontrando. Así que hice una buena lista de cosas para llevar, intentando llevar sólo lo imprescindible. En el kayak no caben demasiadas cosas y hay que saber colocarlas en los diferentes compartimentos que se disponen.

Salimos el pasado sábado a mediodía, y nuestra idea era remar más al norte de Sa Calobra y explorar el norte de la isla durante nuestra travesía de un par de días.


Los Pollos antes de salir de expedición


Lamentablemente, a la media hora de salir de la bahía del Puerto de Sóller, vimos que Andrés tenía problemas con su kayak. La posición le estaba siendo bastante incómoda y, además, llevaba la línea de flotación demasiado baja, por lo que le entraba agua en el kayak a la más mínima ola a pesar de llevar el cubrebañeras.

Hay que decir que Andrés mide casi dos metros y pesa cerca de 110 kilos, y a todo eso súmale todos los trastos. Ser un tipo enorme está muy bien para dar hostias por doquier, pero quizás no para ir en un kayak de dimensiones que no sean XXL. Tras el revés que sufrió la tripulación de Los Pollos en Kayak, decidimos hacer una parada en Ses Cambres para abortar la misión inicial, pero analizar la situación para poder encontrar un plan alternativo.


Paradita en Ses Cambres


Los Pollos siempre encuentran una solución, así que decidimos intercambiar los kayaks, y si la cosa no iba del todo mal, poder al menos ir al Torrent de Na Mora, Sa Costera, Tuent, etc. Decidimos que aunque no pudiésemos hacer una travesía de dos noches, podíamos hacer algo más de ir por casa y hacer una noche en una cala cercana y a la mañana siguiente volver.

Afortunadamente mi gran amigo Andrés Mínguez, el hombre de cromañón, encajó más o menos bien en mi kayak DarkShark y Los Pollos en Kayak pudieron continuar su expedición. En poco tiempo nos plantamos en el Port de Fornalutx, donde Andrés disfrutó del lugar.


Entrando en el Port de Fornalutx


Dejando atrás la desembocadura del Torrent de Na Mora, continuamos navegando en dirección norte para resguardarnos a la sombra de un par de cuevas. Allí pudimos degustar un par de barritas hipercalóricas que mi amigo el animal siempre lleva a mano. Recordad que mantener a un bicho de 2 metros no es nada fácil. Acto seguido salimos de nuestra cueva para seguir remando dirección norte.


Andrés paleando hacia Sa Costera


Una vez llegamos a Sa Costera, estuvimos explorando la antigua fábrica de electricidad y todos sus alrededores. También aprovechamos para bañarnos y bucear un poco por las cristalinas aguas de la zona. Bajar del kayak cuando se llevan un par de horas sentado y enlatado en él, siempre sabe a gloria.

El sol se iba poniendo poco a poco y tocaba pensar en el lugar donde íbamos a dormir. Las opciones eran: quedarse en Sa Costera y acampar allí, o hacer lo propio en Cala Tuent. Tras un pequeño cruce de opiniones (y no de hostias, porque Andrés hubiera salido muy mal parado) decidimos ir a Tuent. Hay que decir que acampar en toda la costa mallorquina es ilegal, pero si no haces ninguna tontería y no llamas la atención, no tienen por qué decirte nada nadie.


Saliendo de Sa Costera rumbo a Tuent


Saliendo de Sa Costera, el mar se volvió casi plano total. Normalmente al atardecer el mar se calma un poco, y es una sensación guapísima remar a estas horas del día. Al atardecer el sol no quema, pero ofrece un calorcito muy agradable, y si lo juntas con un mar perfecto para navegar, se convierte en algo mágico en el mediterráneo.


Andrés disfrutando del atardecer en kayak


En un periquete nos plantamos ya en Cala Tuent. Tuent es una de las pocas calas de Mallorca que todavía conservan el espíritu salvaje de la Serra Tramuntana. Nuestra intención era la de acampar bajo un árbol, o apartados de la playa, para no llamar demasiado la atención. Para nuestra sorpresa, cuando desembarcamos en Tuent, había un grupo de gente que también se les veía intención de acampar. No fue una deducción digna de Sherlock Holmes, simplemente vimos gente con las tiendas de campaña ya desplegadas, con mesas, sillas, colchones, mantas, etc.

Llegamos a la hora perfecta para disfrutar de una magnífica puesta de sol. Andrés compró un par de cervecitas a Toni, el señor que vive en la caseta de Cala Tuent. Desplegamos el campamento rápido y nos pusimos a disfrutar del sol poniéndose sobre el mediterráneo.


Disfrutando de la puesta de sol en Tuent


Cuando ya anochecía, empezamos a engullir uno de los magníficos tuppers que nos preparó la nueva Oficial de los Pollos en Kayak y supervisora en tierra de esta expedición; Anita. No hace falta decir que la comida estaba buenísima (sé que Ana lee mis crónicas, así que ahí va la fichita del día). Tras una charla nocturna, Andrés y yo nos fuimos a dormir bajo un manto de estrellas en Cala Tuent.

A la mañana siguiente tocaba despertarse pronto para desmontar el campamento. La noche fue genial. Al principio nos costó dormir porque aunque la arena y la esterilla sean muy blandas, no son como el colchón de tu casa. Aún así, el cansancio de todo el día en el mar hizo que pudiéramos coger un sueño profundo.


Vistas del amanecer desde mi tienda de campaña


Empezamos el día dirigiéndonos a Sa Calobra. Nuestra intención era pasar allí unas horitas por la mañana y emprender nuestro viaje de vuelta al Puerto de Sóller. Fue bastante peculiar desayunar en la playa y subirse al kayak cuando el sol apenas se asomaba por las montañas de la sierra. Dar los buenos días a los compañeros de acampada en Cala Tuent también tuvo su puntito. Por suerte durante la noche no se oyó a nadie echándose pedos ni roncando, así que todo era paz y armonía, en caso contrario hubiese enviado a Andrés a hacer lo que mejor sabe, partir cuellos.



Saliendo bien tempranito de Cala Tuent


Llegar a Sa Calobra por el mar es siempre más bonito que desde tierra bajo mi punto de vista. Tras doblar la última esquina, siempre asombra ver el Morro de Sa Vaca y su peculiar forma. Una vez entras bajo la protección del Morro de Sa Vaca, se puede empezar a disfrutar de las aguas cristalinas de Sa Calobra y la desembocadura del Torrent de Pareis.

Una vez llegamos al Torrent de Pareis, desembarcamos y estuvimos un rato almorzando en uno de los lugar más bonitos de la isla. La cosa se fue estropeando cuando empezaron a llegar hornadas de turistas y al poco tiempo casi no había hueco para nadie en la estrecha cala del Torrent de Pareis. Fue entonces cuando decidimos volar de allí bajo la atenta mirada de un buen puñado de turistas blancuchos con olor a crema solar.


Andrés con el Morro de Sa Vaca de fondo


Una vez salimos de Sa Calobra, pusimos rumbo al Puerto de Sóller. Únicamente hicimos dos paradas para bajar del kayak, una en Sa Costera y otra en Ses Cambres, aunque hubo más paradas en el mar sin bajar del kayak. Hay poca cosa más que contar en nuestra vuelta. Cuando salíamos de Sa Costera tuve que desenrocar el ancla de un velero que había enrocado a unos 15-20 metros de profundidad. El asunto nos llevó media horita larga, y creo que no lo hubiésemos conseguido si no fuera por las habilidades de apnea que en su día me enseño mi primo José. Como agradecimiento, la gente del velero me ofreció un refrigerio a bordo y evidentemente acepté. Mi amigo Mínguez estuvo a bordo del kayak castigado. Si hubiese subido habría acabado con la despensa del barco, así que tuvieron suerte.

Entre Tuent y Sa Costera pasamos por un peñón que se parecía a la caca del whatsapp, dato muy relevante en toda esta aventura.


Las maravillosas vistas de la caca del whatsapp


Con esta expedición, tenemos un nuevo tripulante en Los Pollos en Kayak. Andrés tendrá su perfil en el apartado de la tripulación de Los Pollos en Kayak en breve. De momento "únicamente" tiene un carro de fotos de toda la excursión porque el mamonazo no se dignó a coger ni un momento la cámara para echarme alguna foto. Gracias Andrés, todos te queremos, hasta la caca del whatsapp.

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