viernes, 26 de mayo de 2017

Kayak y cuevas



Me gustan las cuevas. Entrar con el kayak en una cueva, mola. Mola porque es como un oasis en medio del desierto, y te explico por qué. 

Cuando vas de travesía en mar abierto, suele pegar bastante el sol. Puedes ir con un gorrito o con lo que tú quieras, pero el sol pega fuerte, sobretodo en verano. Una cueva es un lugar fresquito para pararse a descansar. Está fresquito y no pega el sol. Además los ojos descansan bastante, porque evidentemente son mucho más oscuras que mar abierto.

Además del factor sol, luz y claridad, las cuevas ofrecen un lugar privilegiado para descansar ya que suelen estar protegidas de viento y oleaje. Esto es muy cómodo para poder sacar el bocadillo sin necesidad de estar corrigiendo la posición continuamente con el remo. Si llevas una anclita ya es la hostia. Las cuevas ofrecen un factor sorpresa, ya que desde fuera parecen pequeños agujeros pero luego algunas sorprenden, y mucho. 

Tengo la suerte de vivir cerca de una costa con numerosas cuevas. Es por ello que cuando planifico mis rutas, siempre suelo pensar en las cuevas como descansillo entre tramo y tramo. Hay gente que no le gustan las cuevas, o simplemente les da algo de miedo, pero Los Pollos en Kayak somos mu valientes. Si tú , que estás leyendo esto, vienes de excursión con Los Pollos, exige vivir esta experiencia, seguro que se despierta tu lado más cavernícola. 





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